El pasado 25 de mayo, el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) de Córdoba habilitó a las inmobiliarias a reanudar la actividad siguiendo el protocolo de prevención para evitar el contagio de Covid-19.
Como es habitual en cualquier operación inmobiliaria, la visita al lugar es ineludible, al menos en la mayoría de los casos. En este sentido, mostrar las unidades en el contexto actual tiene sus particularidades: distanciamiento, uso de barbijos y/o máscaras de protección, uso de guantes y alcohol en gel. Asimismo, se autoriza a que la visita la realice el profesional y el interesado (excepcionalmente puede ir el matrimonio) y la unidad debe estar ventilada y desocupada.
En este marco, José Di Giorno, titular de la inmobiliaria homónima, explica: “primero brindamos al cliente toda la información de la unidad en la que está interesado. Luego, acordamos la fecha y la hora y generamos un turno para la visita. Además, le pedimos que informe si ha tenido contacto con personas con síntomas o si ha viajado a otra provincia en los últimos 15 días; si no tiene permiso de circular, le generamos uno de visita (para ese acto solamente) e indicamos el protocolo”.
Por su parte, Alejandro Solé, cotitular de Gestión Inmobiliaria, agrega: “el 75 por ciento de las propiedades están completamente descriptas, con videos, detalles y características del inmueble, a los efectos de brindar al cliente una idea lo más completa posible del producto en venta o en alquiler”. Los videos están publicados en distintas plataformas; en caso de que el cliente lo requiera, se envían por mensajes instantáneos.
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A su vez, antes de mostrar el inmueble se presenta la autorización al Colegio Profesional de Inmobiliarios (CPI), la cual consiste en una ficha que constata quiénes asistirán, el origen y destino de las personas involucradas y la fecha y hora establecidas, con el propósito de proveer mayor información sobre la actividad.
Desarrollo normal
Por el momento no se han presentado inconvenientes. “El interesado siempre nos ha respondido de buena manera y respeta las normas de salubridad requeridas”, afirma Di Giorno. Solé coincide, y amplía: “los videos facilitan mucho la tarea y los clientes están al tanto de la situación y las medidas que se deben cumplir”.
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Cabe recordar que el protocolo autoriza la visita en inmuebles desocupados, que es el caso de la mayoría de las viviendas en venta; no obstante, en los departamentos alquilados (que aún siguen habitados) se acuerda con el inquilino para que permita realizar la muestra. “Los locatarios con buena predisposición dejan la llave a algún vecino o se retiran mientras dura la visita”, explica Solé.
En cuanto a la dinámica de las operaciones, cada semana se incrementan las consultas y las visitas a las unidades disponibles; “en comparación con los dos primeros meses del año disminuyeron, pero teniendo en cuenta el contexto hay movimiento”, afirma Di Giorno.
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En la misma línea, Solé apunta: “Al contrario de nuestras expectativas, el mercado se ha dinamizado, sobre todo por el costo de los inmuebles”.
“La implementación de los recursos tecnológicos (videos) allanó el camino a las operaciones de venta y optimizó la tarea, en el sentido de que agilizó los tiempos de traslados y los costos para ambas partes”, finaliza Solé, al tiempo que asevera que continuarán con la metodología de emplear la tecnología para hacer una primera aproximación del inmueble más allá de la coyuntura de aislamiento.
«Los recursos multimedia son un complemento eficaz que facilita la toma de decisiones en el comprador», Alejandro Solé (Gestión Inmobiliaria).